Concebida con la intención de honrar el tesoro líquido que alberga: el aceite de oliva. Cada soplido, cada modelado, busca establecer una conversación visual entre la presencia robusta del vidrio y el espacio etéreo que define su interior. Queríamos que el aceite pareciera flotar, un bien preciado a la vez expuesto y resguardado por la transparencia.
Olivia no es fruto de la mera producción, sino de una reflexión artesanal. Buscamos transformar un objeto cotidiano en algo que invite a la contemplación, a reconocer el valor intrínseco de cada gota. Pensando en las manos expertas de la alta gastronomía, dando forma a un contenedor que inspira un gesto consciente, una pausa para apreciar la excepcionalidad de un lujo que la tierra nos ofrece. En cada Olivia que abandona nuestro taller, va la dedicación de nuestras manos y el deseo de que realce la riqueza de cada mesa.